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Opiáceos inyectables y MDMA
Los opiáceos inyectables, como la morfina, la heroína y los opiáceos sintéticos como el fentanilo, actúan principalmente sobre los receptores opiáceos (mu, delta, kappa) del cerebro y el sistema nervioso. Al activar estos receptores, los opiáceos imitan los efectos de los opioides endógenos (endorfinas), provocando analgesia (alivio del dolor), euforia y sedación. También deprimen el sistema nervioso central (SNC), reduciendo la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
La MDMA es una sustancia psicoactiva que potencia la liberación de serotonina, dopamina y norepinefrina e inhibe su recaptación. Afecta principalmente al sistema de la serotonina, lo que provoca un aumento del estado de ánimo, la empatía y la energía. La MDMA también tiene propiedades estimulantes debido a sus efectos sobre la dopamina y la norepinefrina.
Combinación de Opiáceos Inyectables y MDMA.
La MDMA aumenta el riesgo de deshidratación e hipertermia, que los opiáceos pueden exacerbar al embotar las respuestas naturales del cuerpo al sobrecalentamiento y la pérdida de líquidos.
Los opiáceos suprimen la función respiratoria, y combinados con la MDMA, que puede aumentar la actividad física y elevar la temperatura corporal, esto puede conducir a problemas respiratorios impredecibles.
Los efectos estimulantes de la MDMA pueden aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que, combinado con los opiáceos, puede sobrecargar el sistema cardiovascular, especialmente en personas con problemas de salud subyacentes.
La combinación de esta sustancia aumenta el riesgo de sobredosis, ya que los usuarios pueden no juzgar con precisión la potencia o los efectos de las sustancias combinadas.
Algunos consumidores informan de un aumento de la euforia y de una experiencia sensorial más profunda al combinar opiáceos con MDMA. Sin embargo, los riesgos y efectos secundarios son mucho mayores. Además, los mecanismos de acción de las sustancias son opuestos entre sí (los opiáceos son depresores, la MDMA es un estimulante por la naturaleza general de su acción). En tal escenario, el estrés sobre los sistemas fisiológicos y la psique siempre será alto. Sin experiencia con las sustancias individualmente y sin comprender los riesgos, esta combinación será peligrosa.
Aunque ahora estamos hablando de opiáceos inyectables, vale la pena señalar que algunas sustancias de esta clase en forma de comprimidos (Tramadol) reducen el umbral de convulsiones, lo que en combinación con la MDMA puede provocar un ataque en cierto grupo de personas.
También hay pruebas limitadas de investigación de que la exposición frecuente a la MDMA puede, a nivel bioquímico, alterar la sensibilidad de ciertas estructuras cerebrales al sistema de recompensa opioide. Este momento requiere más investigación.
Teniendo en cuenta lo anterior, recomendamos tratar esta combinación con mucha precaución.
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