Durante décadas, la comunidad de guías ha estado trabajando silenciosamente en la sombra, suministrando psicodélicos a personas de todo el país. Y no son tan diferentes de sus homólogos "terrestres".Muchos se han formado durante años con curanderos tradicionales en Perú y Brasil, y siguen un estricto código de conducta diseñado para formalizar la práctica y garantizar la seguridad.
Este es ciertamente el caso de Kat (la guía de la Parte I), con quien tuve la oportunidad de hablar. Ha estudiado con un mentor peruano durante ocho años, ha tomado ayahuasca más de 900 veces y ha realizado cientos de ceremonias en Europa y Estados Unidos.
Se describe a sí misma como una "marcadora de tono", una persona que controla el espacio. Sobre todo, hace que todo el mundo se sienta a gusto mostrando una presencia tranquila y tranquilizadora. "Sigo el pulso de la sala y, cuando tengo que acercarme a alguien, trato de estar tan anclada en la tierra como ella misma; ese tipo de calma es contagiosa. Laclave es estar en sintonía con lo que ocurre y lo que siente la gente y responder a ello", afirma.
Este es ciertamente el caso de Kat (la guía de la Parte I), con quien tuve la oportunidad de hablar. Ha estudiado con un mentor peruano durante ocho años, ha tomado ayahuasca más de 900 veces y ha realizado cientos de ceremonias en Europa y Estados Unidos.
Se describe a sí misma como una "marcadora de tono", una persona que controla el espacio. Sobre todo, hace que todo el mundo se sienta a gusto mostrando una presencia tranquila y tranquilizadora. "Sigo el pulso de la sala y, cuando tengo que acercarme a alguien, trato de estar tan anclada en la tierra como ella misma; ese tipo de calma es contagiosa. Laclave es estar en sintonía con lo que ocurre y lo que siente la gente y responder a ello", afirma.
Su papel consiste en caminar en la cuerda floja entre dejar que la gente pase por lo que esté pasando y ayudarla cuando está demasiado cerca del precipicio. Si todo va bien, está en algún lugar de la sala cantando canciones curativas y vigilando de cerca lo que ocurre. Si alguien entra en pánico, Kat tiene que disuadirle y hacerlo de forma que no aturda al resto de la sala.
Kat cuenta que hace unos meses, en una de sus ceremonias, una mujer estaba convencida de que los demonios se habían apoderado de su cuerpo. Se puso histérica y amenazó con llamar a emergencias. Estas situaciones ocurren todo el tiempo, y la guía tiene que lidiar con ellas sobre la marcha.
A diferencia de los médicos de Hopkins, Kat gestiona el viaje de varias personas a la vez, a veces docenas, y eso conlleva riesgos. Le pregunté por qué lo hacía. ¿Por qué arriesgarse a que alguien reaccione de un modo que no puede controlar, o arriesgarse a ir a la cárcel?
Kat cuenta que hace unos meses, en una de sus ceremonias, una mujer estaba convencida de que los demonios se habían apoderado de su cuerpo. Se puso histérica y amenazó con llamar a emergencias. Estas situaciones ocurren todo el tiempo, y la guía tiene que lidiar con ellas sobre la marcha.
A diferencia de los médicos de Hopkins, Kat gestiona el viaje de varias personas a la vez, a veces docenas, y eso conlleva riesgos. Le pregunté por qué lo hacía. ¿Por qué arriesgarse a que alguien reaccione de un modo que no puede controlar, o arriesgarse a ir a la cárcel?
"Porque cura a la gente. Lo veo cada vez que organizo un círculo, cada vez que dirijo a un grupo de personas a través de la experiencia. La gente entra con un punto de vista y sale con otro. A veces significa que ven el mundo con nuevos ojos, y a veces significa que se dan cuenta de que sus defectos no les definen " - afirma Kat.
Kat, que ahora tiene 46 años, ha pasado por muchas batallas. Antes de descubrir la ayahuasca hace 16 años en un viaje a Perú, sufría alcoholismo, bulimia y trastorno bipolar; en un momento dado intentó suicidarse."Lamedicina no fue una panacea, pero me puso en otro camino y, básicamente, he dedicado toda mi vida a este trabajo ", afirma.
Todos los que acuden a las ceremonias de Kat tienen su propia razón de ser. Algunos son psiconautas, personas que buscan explorar estados alterados de conciencia a través de los psicodélicos.Otros, como Laura, una mujer de 35 años de Filadelfia, recurren a la fitoterapia como último recurso para superar una adicción.
En el caso de Laura, se trataba de una adicción de 14 años a la heroína. "Estuve al borde de la muerte.Probé todos los métodos tradicionales -desintoxicación, terapia, rehabilitación- y nada me ayudó ", cuenta Laura. Finalmente encontró la ibogaína, un compuesto psicodélico derivado de las raíces de un arbusto de África Occidental. "La ibogaínaera como un mito callejero, esta droga milagrosa que podía reiniciar tu cerebro y salvarte de la agonía de la adicción".
La ibogaína no está tan investigada como la psilocibina o el LSD, y es relativamente peligrosa, pero es una de las drogas psicodélicas más potentes que se conocen, y hay investigaciones preliminares que sugieren que puede ser un tratamiento eficaz para la adicción a los opiáceos y la cocaína.
Otra mujer, Stephanie, de 48 años, de Kansas, dijo que pasó 15 años tomando Adderall, un estimulante recetado para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. "Consumía toda mi vida: cada decisión, cada plan, prácticamente cada momento". Intentó varias veces dejar de fumar, pero nada funcionó. Por capricho, decidió probar los psicodélicos. Unas semanas más tarde, ya estaba asistiendo a la ceremonia.
Su primera toma de ayahuasca fue en septiembre, hace casi tres meses, y desde entonces no ha vuelto a tomar Adderall. "La experiencia fue dura",dice. "Fue como verme a mí misma y a mi vida a través de un espejo en una casa de espectáculos, y pude ver todas las máscaras que llevaba y cómo el Adderall se había convertido en esta muleta, esta fuente de energía falsa que me impulsaba por la vida. Siento que recalibró todo mi ser".
Estas historias son inspiradoras, pero no está claro hasta qué punto son representativas. Los psicodélicos no son elixires mágicos, y tomarlos al azar conlleva riesgos físicos y psicológicos, especialmente si se está tomando medicación o se ha diagnosticado una enfermedad psiquiátrica. Pero si se utilizan en el entorno adecuado y bajo la dirección de un guía experimentado, pueden tener beneficios terapéuticos asombrosos.
Kat cree que este trabajo podría haber sido más eficaz si no se hubiera visto obligada a pasar a la clandestinidad. "Si fuera legal, pasaría más tiempo con la gente antes y después de la experiencia. Querría formar mi equipo y hacerlo abiertamente, como un negocio normal, y ocuparme de la gente de principio a fin. Como estamos en esta zona gris legal, la gente suele venir a la ceremonia y luego se les devuelve al mundo, y eso puede ser traumático".
Estas historias son inspiradoras, pero no está claro hasta qué punto son representativas. Los psicodélicos no son elixires mágicos, y tomarlos al azar conlleva riesgos físicos y psicológicos, especialmente si se está tomando medicación o se ha diagnosticado una enfermedad psiquiátrica. Pero si se utilizan en el entorno adecuado y bajo la dirección de un guía experimentado, pueden tener beneficios terapéuticos asombrosos.
Kat cree que este trabajo podría haber sido más eficaz si no se hubiera visto obligada a pasar a la clandestinidad. "Si fuera legal, pasaría más tiempo con la gente antes y después de la experiencia. Querría formar mi equipo y hacerlo abiertamente, como un negocio normal, y ocuparme de la gente de principio a fin. Como estamos en esta zona gris legal, la gente suele venir a la ceremonia y luego se les devuelve al mundo, y eso puede ser traumático".
Le preguntamos a Kat si había notado un cambio en la mezcla de personas que asisten a sus ceremonias. "Antes acudíansobre todo psiconautas, pero últimamente acude gente joven y mayor que quiere 'aceptar la muerte' (si son enfermos terminales) o superar traumas profundos ", explica Kath. Trabaja con un gran número de veteranos que sufren estrés postraumático, muchos de los cuales le cuentan que no han podido encontrar ayuda en los servicios de salud mental tradicionales.
Aun así, dudó cuando le preguntamos por la legalización. "Deberían ser legales, pero no estoy segura de que lo vayan a ser mañana. Necesitamos una base sólida, una forma de mantener el respeto por estas drogas.Si perdemos eso, si la psicodelia se convierte en otra sustancia como la marihuana, me temo que vamos a hacerla estallar y quemarla como hicimos en los años 60" - dijo.
La preocupación de Kat, compartida por muchas personas del sector, es que los aspectos ceremoniales de los psicodélicos se pierdan si se legalizan de la noche a la mañana. No hay nada malo en el uso recreativo, pero quienes consideran los psicodélicos con una especie de temor sagrado temen de verdad que estas sustancias se trivialicen si no hacemos esta transición con sensatez.
¿Cómo integrar inteligentemente los psicodélicos en la cultura?
Para bien o para mal, los psicodélicos, como todas las drogas, se consumirán fuera de los entornos más seguros de los centros de investigación o de las sesiones privadas con guías experimentados. Según Jeff Batier, psicólogo de la Universidad Adler que trabaja con pacientes gravemente traumatizados, la cuestión es la siguiente: "¿Qué medidas de reducción de daños necesitamos para ayudar a proteger a la gente?"
Varias personas con las que hablé apuntaron al modelo de "reducción de daños". El objetivo de la reducción de daños es reducir los riesgos asociados al consumo de drogas, a diferencia de los modelos punitivos que pretenden detener el consumo de drogas por completo. Se trata deun enfoque práctico y humano que ha funcionado bien en países como Portugal, donde se han despenalizado todas las drogas para uso personal.
Aun así, dudó cuando le preguntamos por la legalización. "Deberían ser legales, pero no estoy segura de que lo vayan a ser mañana. Necesitamos una base sólida, una forma de mantener el respeto por estas drogas.Si perdemos eso, si la psicodelia se convierte en otra sustancia como la marihuana, me temo que vamos a hacerla estallar y quemarla como hicimos en los años 60" - dijo.
La preocupación de Kat, compartida por muchas personas del sector, es que los aspectos ceremoniales de los psicodélicos se pierdan si se legalizan de la noche a la mañana. No hay nada malo en el uso recreativo, pero quienes consideran los psicodélicos con una especie de temor sagrado temen de verdad que estas sustancias se trivialicen si no hacemos esta transición con sensatez.
¿Cómo integrar inteligentemente los psicodélicos en la cultura?
Para bien o para mal, los psicodélicos, como todas las drogas, se consumirán fuera de los entornos más seguros de los centros de investigación o de las sesiones privadas con guías experimentados. Según Jeff Batier, psicólogo de la Universidad Adler que trabaja con pacientes gravemente traumatizados, la cuestión es la siguiente: "¿Qué medidas de reducción de daños necesitamos para ayudar a proteger a la gente?"
Varias personas con las que hablé apuntaron al modelo de "reducción de daños". El objetivo de la reducción de daños es reducir los riesgos asociados al consumo de drogas, a diferencia de los modelos punitivos que pretenden detener el consumo de drogas por completo. Se trata deun enfoque práctico y humano que ha funcionado bien en países como Portugal, donde se han despenalizado todas las drogas para uso personal.
Aunque el modelo de reducción de daños no suele asociarse a los psicodélicos, sus principios siguen siendo válidos. Ya existen grupos nacionales de reducción de daños, como el Proyecto Zendo, patrocinado por MAPS, que se especializan en el asesoramiento entre iguales para personas que experimentan con psicodélicos.
Por ejemplo, en Chicago, crearon un grupo de reducción de daños llamado Psychedelic Safety Support and Integration. El objetivo es proporcionar seguridad y ayudar a la gente a afrontar sus experiencias psicodélicas. Se trata de un paso fundamental que une a la comunidad, difunde la concienciación sobre los riesgos del consumo de drogas psicodélicas y crea un espacio para socializar.
Por el momento, existe una desconexión entre el movimiento de reducción de daños y la comunidad de investigación sobre psicodélicos. Llegas a una conferencia sobre psicodélicos, y se centra en la ciencia y el potencial terapéutico, y la suposición general es que si simplemente creamos una buena ciencia, estas drogas serán aprobadas como drogas, y todo caerá en su lugar. Eso no tiene sentido.
"Si vas a una conferencia sobre reducción de daños, todo gira en torno al cambio cultural y a que a los políticos no les importa la ciencia.Se tratamucho más de organizarse, de quién tiene el poder y de cómo podemos reducir los riesgos y actuar con seguridad" - dice Jeff Batier.
Esta es en parte la razón por la que el movimiento de reducción de daños puede ser útil para los psicodélicos. La ciencia puede ser fundamental para la legalización, pero los programas de salud pública tendrán que ayudar a integrar estas drogas en la cultura general.
Por ejemplo, en Chicago, crearon un grupo de reducción de daños llamado Psychedelic Safety Support and Integration. El objetivo es proporcionar seguridad y ayudar a la gente a afrontar sus experiencias psicodélicas. Se trata de un paso fundamental que une a la comunidad, difunde la concienciación sobre los riesgos del consumo de drogas psicodélicas y crea un espacio para socializar.
Por el momento, existe una desconexión entre el movimiento de reducción de daños y la comunidad de investigación sobre psicodélicos. Llegas a una conferencia sobre psicodélicos, y se centra en la ciencia y el potencial terapéutico, y la suposición general es que si simplemente creamos una buena ciencia, estas drogas serán aprobadas como drogas, y todo caerá en su lugar. Eso no tiene sentido.
"Si vas a una conferencia sobre reducción de daños, todo gira en torno al cambio cultural y a que a los políticos no les importa la ciencia.Se tratamucho más de organizarse, de quién tiene el poder y de cómo podemos reducir los riesgos y actuar con seguridad" - dice Jeff Batier.
Esta es en parte la razón por la que el movimiento de reducción de daños puede ser útil para los psicodélicos. La ciencia puede ser fundamental para la legalización, pero los programas de salud pública tendrán que ayudar a integrar estas drogas en la cultura general.
Los grupos de reducción de daños como Bathje's y el Proyecto Zendo son los mejores modelos de este tipo de integración, y tendremos que ampliarlos si se legaliza el uso médico de los psicodélicos.
¿Podría haber algún problema con esta integración?
Después de pasar meses pensando en estas cuestiones y hablando con gente de casi todos los niveles, estoy convencido de que se está desarrollando rápidamente una nueva cultura de la psicodelia terapéutica. Hace poco, un grupo de ciudadanos de Denver reunió suficientes firmas para respaldar un proyecto de ley para despenalizar las setas mágicas.
El entorno social y político actual es muy distinto al de los años 60, y no hay motivos para sospechar que se produzca una reacción tan violenta. Loscontenedores culturales y el conocimiento ya existen y pueden salir cada vez más de las sombras.
No está claro cómo será esa transición a gran escala ni cuánto tiempo llevará. Defensores como Doblin parecen razonables si siguen jugando a largo plazo. Dado el progreso del estudio, es posible que la psilocibina pase de ser una droga de la Lista I (drogas con valor médico desconocido) a una droga de la Lista IV (drogas con bajo potencial de abuso y valor médico conocido) en un futuro próximo (2-3 años).
¿Podría haber algún problema con esta integración?
Después de pasar meses pensando en estas cuestiones y hablando con gente de casi todos los niveles, estoy convencido de que se está desarrollando rápidamente una nueva cultura de la psicodelia terapéutica. Hace poco, un grupo de ciudadanos de Denver reunió suficientes firmas para respaldar un proyecto de ley para despenalizar las setas mágicas.
El entorno social y político actual es muy distinto al de los años 60, y no hay motivos para sospechar que se produzca una reacción tan violenta. Loscontenedores culturales y el conocimiento ya existen y pueden salir cada vez más de las sombras.
No está claro cómo será esa transición a gran escala ni cuánto tiempo llevará. Defensores como Doblin parecen razonables si siguen jugando a largo plazo. Dado el progreso del estudio, es posible que la psilocibina pase de ser una droga de la Lista I (drogas con valor médico desconocido) a una droga de la Lista IV (drogas con bajo potencial de abuso y valor médico conocido) en un futuro próximo (2-3 años).
Sin embargo, el proceso para cambiar la lista de medicamentos es un poco enrevesado. Según la legislación federal, el fiscal general de EE.UU. puede revisar la lista de medicamentos por su cuenta, pero antes de hacerlo debe recabar datos e investigaciones médicas del Secretario de Salud y Servicios Humanos. El Congreso también puede aprobar leyes para modificar la lista de drogas y puede anular la decisión del fiscal general si así lo desea.
Es poco probable que veamos grandes avances en este frente bajo la actual administración, pero los vientos políticos podrían cambiar rápidamente, sobre todo si la investigación continúa a buen ritmo. Que la Agencia Antidroga ya haya aceptado la posibilidad de cambiar la lista de psicodélicos es una señal muy positiva.
Es poco probable que veamos grandes avances en este frente bajo la actual administración, pero los vientos políticos podrían cambiar rápidamente, sobre todo si la investigación continúa a buen ritmo. Que la Agencia Antidroga ya haya aceptado la posibilidad de cambiar la lista de psicodélicos es una señal muy positiva.
"Nos complace ver que la investigación avanza en instituciones como Johns Hopkins. Cuando la comunidad científica y médica acude a la DEA y dice que una sustancia debería ser una droga, debería pasar a la lista 4 ó 5 en lugar de la lista 1; y entonces actuaremos en consecuencia"- dijo recientemente Rusty Payne, portavoz de la DEA.
El apoyo a los psicodélicos es también una de esas raras cuestiones que, en algunos casos, pueden cruzar las líneas políticas tradicionales. Rebecca Mercer, multimillonaria financiera republicana y copropietaria de Breitbart, donó un millón de dólares a MAPS para financiar la investigación sobre veteranos con TEPT. Es posible que veamos más apoyos bipartidistas de este tipo a medida que avance la investigación.
Queda una gran pregunta que tiene que ver con el acceso. Si pasas algún tiempo en la subcultura psicodélica, no puedes evitar darte cuenta de que está formada principalmente por blancos privilegiados. Esto depende en gran medida de quién es el propietario de las instalaciones, cuánto cuestan (de 600 a más de 1.000 dólares por sesión), dónde se celebran y las redes de personas que las apoyan. Otro obstáculo es que mucha gente simplemente desconoce el potencial terapéutico de los psicodélicos.
Dentro de la propia comunidad psicodélica, preocupa la mercantilización. Compañías como Compass Pathways están intentando convertir la psilocibina en un producto farmacéutico (la investigación de Compass sobre la psilocibina ha recibido el estatus de terapia innovadora por parte de la FDA).
Compass empezó como una organización sin ánimo de lucro interesada en crear un centro de cuidados psicodélicos para enfermos terminales, pero desde entonces ha cambiado a un enfoque con ánimo de lucro.
Gracias a grandes inversores como Peter Thiel, Compass es capaz de dominar la cadena de suministro de psicodélicos médicos desde la síntesis hasta la terapia. También obstaculiza los esfuerzos de investigación de empresas sin ánimo de lucro como Usona , que están desarrollando sus propias drogas psicodélicas.
Si el mercado se monopoliza, o si unas pocas empresas farmacéuticas controlan patentes importantes, se podría negar el acceso a muchas personas.
Queda una gran pregunta que tiene que ver con el acceso. Si pasas algún tiempo en la subcultura psicodélica, no puedes evitar darte cuenta de que está formada principalmente por blancos privilegiados. Esto depende en gran medida de quién es el propietario de las instalaciones, cuánto cuestan (de 600 a más de 1.000 dólares por sesión), dónde se celebran y las redes de personas que las apoyan. Otro obstáculo es que mucha gente simplemente desconoce el potencial terapéutico de los psicodélicos.
Dentro de la propia comunidad psicodélica, preocupa la mercantilización. Compañías como Compass Pathways están intentando convertir la psilocibina en un producto farmacéutico (la investigación de Compass sobre la psilocibina ha recibido el estatus de terapia innovadora por parte de la FDA).
Compass empezó como una organización sin ánimo de lucro interesada en crear un centro de cuidados psicodélicos para enfermos terminales, pero desde entonces ha cambiado a un enfoque con ánimo de lucro.
Gracias a grandes inversores como Peter Thiel, Compass es capaz de dominar la cadena de suministro de psicodélicos médicos desde la síntesis hasta la terapia. También obstaculiza los esfuerzos de investigación de empresas sin ánimo de lucro como Usona , que están desarrollando sus propias drogas psicodélicas.
Si el mercado se monopoliza, o si unas pocas empresas farmacéuticas controlan patentes importantes, se podría negar el acceso a muchas personas.
A pesar de estas preocupaciones, deberíamos acoger con satisfacción el desarrollo de la investigación psicodélica. Necesitamos más investigación, y necesitamos involucrar a poblaciones más diversas para aprender todo lo que podamos sobre cómo funcionan estas drogas. Como dijo Richard Friedman, psiquiatra clínico de la Universidad de Cornell: "Estoy a favor del optimismo, pero muéstrenme los datos. Comparto el entusiasmo por el potencial terapéutico de los psicodélicos..... pero si está justificado, la respuesta son los datos. Y nada más que datos".
Hasta ahora los datos son alentadores, pero todavía hay muchas cosas que no entendemos. Pero sabemos lo suficiente para afirmar que los psicodélicos son una poderosa herramienta para reducir el sufrimiento, al menos para algunas personas. Y sencillamente no disponemos de suficientes herramientas para justificar su prohibición.
Hasta ahora los datos son alentadores, pero todavía hay muchas cosas que no entendemos. Pero sabemos lo suficiente para afirmar que los psicodélicos son una poderosa herramienta para reducir el sufrimiento, al menos para algunas personas. Y sencillamente no disponemos de suficientes herramientas para justificar su prohibición.